A diferencia de una vacuna, el AiroCide no se dirige sólo una o dos cepas de un agente infeccioso. Por el contrario, destruye todas las bacterias, virus y esporas de moho con la misma eficacia. El fabricante asegura un kill-microbiana tasa de más del 99% de su purificador de aire patentada. Esta tecnología se utiliza actualmente en aplicaciones comerciales tales como servicios hospitalarios y de laboratorio. Puede ser reducido para los consumidores individuales.
¿Cómo funciona?
El AiroCide hace uso de un proceso llamado oxidación foto-catalítica para destruir los microbios. Tomemos un momento para romper la terminología técnica para entender mejor cómo funciona el sistema realmente. El término "foto" en este caso se refiere a los fotones (luz). Un catalizador es una sustancia que acelera una reacción sin que él mismo esté cambiando en el proceso. La oxidación es un factor fundamental para combinar cualquier sustancia con el oxígeno. Esto es lo mismo, básicamente, como la quema del material - apenas más lento. Por ejemplo, el hierro puede ser oxidado en el óxido. El papel se vuelve amarillo sobre el tiempo, ya que poco a poco incorpora oxígeno. En ambos casos, el material original es poco a poco destruido.
Así, el equipo AiroCide utiliza una combinación de luz ultravioleta impulsado por un catalizador de dióxido de titanio para aumentar la velocidad a la que los agentes patógenos se oxidan. En lugar de los gérmenes romper naturalmente con el tiempo a medida que se mueran y entonces la decadencia, el oxidante foto-catalítica realiza el proceso de forma casi instantánea.
Como extra, esta tecnología también puede desintegrar los compuestos orgánicos volátiles (COV) y otros químicos dañinos. Los olores creados por dichas sustancias se eliminan al mismo tiempo. Este equipo no emite ozono y se puede integrar en un sistema de climatización existente. También se puede utilizar en conjunción con filtros de partículas para ofrecer una completa solución de limpieza del aire. Un ejemplo de una aplicación útil para esto sería hacer frente a las partículas y vapores de sustancias químicas del humo del cigarrillo.
